Sin embargo, por haberla traído a casa con solo un mes, no tuvo una buena impronta y al vivir en un pueblo vacacional tampoco tuvo contacto con otros perros y personas.
Por aquel entonces no sabía demasiado sobre perros y cometí muchos errores, siempre intentando hacer lo mejor para ella, pero desde la ignorancia. Me dejé guiar por programas como «El encantador de perros» que enseñan un adiestramiento anticuado y desactualizado basado en la ya desmentida teoría de la dominancia.
Todo esto hizo que Kala sea una perra insegura con personas y perros que no conoce. Al formarme, empecé a trabajar con ella esta inseguridad y a día de hoy ha mejorado sobremanera comparado con hace unos años, ya es capaz de relacionarse y sentir interés por la mayoría de perros y te acepta comida aunque no te conozca (su alma de gordis le puede).
Eso sí, en cuanto gana confianza es la perra más amorosa y agradecida del mundo.