Normalmente cuando un perro come de la calle es porque cada vez que come recibe un refuerzo constante. El ejemplo perfecto desgraciadamente es Kala. En Alicante podía llegar a comer algo de forma ocasional de la calle. Pero en Praga es bestial.
No sé por qué siempre hay comida por la calle, y eso implica que 2 de cada 3 veces si yo no soy más rápida se coma lo que hay en el suelo. Y el problema es que como ya sabe que si busca encuentra, busca, y busca todo el tiempo.
Comer de la calle también se da especialmente en perros rescatados que han vagueado por las calles y han tenido que buscarse la vida para poder sobrevivir.
Hay vertientes en la educación canina que apoyan que el perro coma lo que quiera del suelo. Argumentan que dejándoles comer tienen mayor control y aprenden lo que pueden comer y lo que no.
No debemos tampoco olvidar que los perros son animales carroñeros, por lo que para ellos encontrar un trozo de comida putrefacta se convierte en una auténtica búsqueda del tesoro y en la naturaleza tendrían todo el derecho a comérselo.
Y no pasaría nada en teoría por dejarle comer del suelo, de hecho hay vertientes en la educación canina que lo alientan. No obstante, no comparto esa forma de pensar ya que me resulta tremendamente peligroso que mi perro vaya por ahí comiendo a saber qué. La comida puede tener veneno, chinchetas, clavos, sentarle fatal ya sea por la alergia o por ser un alimento tóxico, etcétera.
Prefiero trabajar mucho el suelta y una orden para ignorar la comida o pedir permiso para comérsela.
¿Por qué come del suelo mi perro?
Lo primero es, como en cualquier problema de conducta, descartar que se trate de una causa física. El estrés también puede ser otra causa.
Si una persona vive estresada o con ansiedad suelen pasar dos cosas. O se atiborra a comida (normalmente calórica) o se le quita el hambre.
En perros pasa algo parecido. Si un perro sufre ansiedad o estrés hay que buscar el motivo para trabajar en él y ver si es lo que causa que busque o coma de forma compulsiva.
Enriquecimiento ambiental
El enriquecimiento ambiental tiene un papel muy importante en esto ya que el aburrimiento suele estar ligado a ir olfateando en busca de comida. Si están aburridos y no tienen qué hacer a lo largo del día buscarán esa estimulación que les falta en hacer auto-trabajos de olfato por la casa o la calle.
Alimentación de calidad
Tener una buena alimentación es otro punto a tener en cuenta. Si alimentamos a nuestro perro pobremente, buscará los nutrientes, vitaminas o calorías que le faltan en otro sitio.
¿Cómo entrenar que no coman del suelo?
Voy a explicar lo que hago yo con Kala, aunque cada perro es único y existen diferentes formas de trabajar no comer del suelo. Por lo que si ves que lo que explico no te sirve, te animo a informarte de otras maneras de la mano de distintos profesionales.
Ya saben que para mí cualquiera se puede valorar mientras no implique violencia de ningún tipo hacia el perro.
La genética, el instinto y el aprendizaje son tres pilares sobre los que va a girar que nuestro perro coma o no del suelo. Aunque no me gusta generalizar sobre nada en esta vida, es más normal que un perro de raza cazador tenga este instinto más marcado. Es importante conocer a nuestro perro y tener en cuenta estas cosas para diseñar los entrenos.
En el caso de Kala, ella es una perra que desde siempre le APASIONA, y de lo lindo, la comida. Y claro, cuando descubrió que en la calle de Praga hay buffet libre cada 200 metros no se lo pensó más y empezó mi pesadilla. Además, como hacemos muchísimos juegos de olfato lo tiene más entrenado y encuentra la comida antes si no soy rápida.
Por eso, voy entrenando con ella que no lo haga. Pero es difícil, no os voy a engañar. Es difícil porque hay que impedir que coja cualquier trozo de comida, ya que en el momento en que lo haga va a haber refuerzo e iremos hacia atrás.
El bozal, gran aliado
Una buena opción para evitar que coja algo cuando no somos tan rápidos es que lleve bozal. Hablo del bozal en mi post Bozales: ¿tan malos como los pintan?.
IMPORTANTE: el entreno será totalmente distinto si hay protección de recursos (perros que protegen de forma agresiva lo que consideran suyo) ya que primero se debería trabajar mucho esto.
Lo primero que empecé a hacer yo con Kala es trabajar el autocontrol con la comida. Hay distintos ejercicios para ello y si profundizase se alargaría demasiado pero algunos ejemplos son ponerle la palma de la mano hacia arriba con un premio a la altura de la cabeza y cerrar la mano (sin levantarla o moverla) cuando intenta coger el premio. Solo se lo daremos (sin hablar) cuando no intente cogerlo.
A un nivel más avanzado estaría dejar el premio en el suelo o añadirle movimiento tirándolo lejos. Si lo dejamos en el suelo cuidado de que seamos nosotros los que se lo demos después y no que sea él quien lo coja del suelo, sino podríamos estar reforzando eso sin quererlo. Para un mayor control es mejor que el perro vaya atado al principio con una correa larga por si va a por la comida.
Tras haber trabajado el autocontrol, podemos dejarle ir a la comida tirando el premio o dejándolo en el suelo sin que se de cuenta y cuando lo encuentre le impedimos avanzar tensando la correa. No tiramos de la correa hacia atrás ni le damos un tirón hacia arriba. Simplemente le impedimos avanzar. Y esperamos.
Buscaremos su mirada
Vamos a esperar a que el perro nos mire. Uno, tres, cinco minutos o diez si hace falta. Una vez nos mira, premiamos enseguida con algo super apetitoso para él. Con esto fomentamos el foco en nosotros y ese pedir permiso del que hablaba antes. En etología y educación canina se conoce como el Principio de Premack.
El siguiente paso será llamarle después de mirarnos y darle un super premio o muchos premios cuando venga. No nos apresuremos y estemos casi seguros de que va a venir antes de pedirle que lo haga.
Una vez que nos mire casi siempre y que también viene, además de darle los super premios vamos a hacerle una fiesta de la leche. Y vamos a ir alternando los super premios con la fiesta y con premios que le motiven, a veces unos y a veces otros. Poco a poco los premios deberán ir teniendo menos valor o a veces mucho valor y otras no tanto, ya que en una situación real no siempre vamos a tener salchicha, pollo o queso a mano para premiarle.
Seguiremos este entrenamiento un buen tiempo hasta que tengamos éxito en el foco y el ven prácticamente un 90% de las veces mínimo. Sin olvidar que nunca debemos permitir que coja la comida sin nuestro permiso expreso.
“Pasa”
Cuando consigamos lo anterior podemos añadir la orden del pasa (ignorar algo) o si ya la tiene, incorporarla en este punto al entreno. Así, si va suelto o atado y se encuentra algo, podemos decirle esto para que ignore la comida y continúe su camino.
CONSEJOS A TENER EN CUENTA
– Las sesiones de entreno tienen que ser muy cortas para no saturarle y que el aprendizaje le cale mejor.
– Las situaciones siempre con control: boza, correa corta o larga según contexto, comida tapada si no tenemos figurantes.
– Variar el sitio de los entrenos. Iremos cambiando de sitio para facilitar la generalización. Pero no pases de practicar en casa una vez a hacerlo en la calle.
– Aprovecha situaciones de la vida real, siempre de manera controlada. Ejemplo: te encuentras una galleta en el suelo y tu perro la ha visto, ¡aprovecha!
– Premiar siempre rápido y justo tras el comportamiento que buscamos. Premiaremos también aproximaciones. Por ejemplo, puede que al principio no quite la mirada de la comida para mirarnos a nosotros, pero quizá aparta la vista un momento de la comida, y ¡entonces premiamos!