Seguro que habéis oído hablar de ellas. Los perros son animales increíbles e, igual que nosotros, tienen su propia forma de comunicarse entre sí. Se guían sobre todo por señales olfativas y visuales. Hoy me voy a centrar en estas últimas.
Los perros utilizan distintos gestos faciales o corporales para comunicarse con otros perros, calmarse a sí mismos o al perro que esté al lado. Sirven para disminuir el estrés, la tensión y la excitación. También son útiles para evitar conflictos o agresiones.
Es un lenguaje universal que todos los perros conocen, algunos en menor o mayor medida según circunstancias personales y experiencias vividas. En el caso de que tu perro no sea bueno ‘leyendo‘ estas señales, se pueden incluso potenciar y aumentar su frecuencia mediante refuerzos.
Te voy a poner en una situación.
Imagina durante un momento que vas paseando tan tranquilo como cualquier día con tu perro. A lo lejos se acerca otro perro que parece bastante imponente. El tuyo tiene algo de miedo a perros más grandes, pero tú sigues recto.
El otro perro también. Observas a tu perro y ves que tiene las orejas hacia atrás y que mira hacia los lados. El otro ha estirado sus patas delanteras para posteriormente tumbarse. De repente, ves que tu perro ha ganado algo más de confianza y se acerca resuelto.
Se para.
El otro se levanta y gira la cabeza para posteriormente bostezar, ofreciéndole el costado. Tu perro se acerca más, le huele y sigue su camino.
Vaya, qué bien ha ido, piensas sin saber muy bien por qué.
Este es un claro ejemplo de un encuentro entre dos perros que saben leer las señales de calma del otro. Durante todo momento ambos han emitido y recibido señales que les decían que iban en paz y que no buscaban problemas.
Señales de calma/apagigüamiento más frecuentes
– Girar la cabeza. De forma rápida de un lado a otro o mantenerla girada. El giro puede ser mínimo o completo. Por ejemplo: un perro se aproxima de forma directa o demasiado rápida. Entonces tu perro gira la cabeza para que se relaje un poco. Nosotros también podemos emitir esta señal de calma hacia ellos, y parecen entenderla. Mirar de un lado a otro o desviar la mirada es similar al giro de cabeza.
– Sacudirse. Como cuando sacuden el cuerpo al estar mojados. Es una forma de liberar al cuerpo de tensión muscular, de quitarse de encima el ‘mal rollo‘. Pueden sacudirse antes de salir a pasear, después de un saludo perruno, con visitas en casa, si no consiguen algo que quieren, etcétera.
– Olisquear. Puede ser un olisqueo rápido (oler el suelo y levantar el hocico) o fijo (mantener el hocico pegado al suelo más tiempo). Lo pueden usar, por ejemplo, si se aproxima alguien que no les genera confianza. También para autocalmarse en general si algo no les gusta o para transmitir calma a otros perros.
– Hacer un semi-círculo. Cuando un perro se aproxima a otro, la forma educada de hacerlo es dando un pequeño rodeo por el costado del otro perro. La aproximación frontal que nosotros hacemos es propia de los primates. Si un perro se acerca a otro frontalmente, aumenta la tensión y el saludo es más incómodo. Si quieres que un perro desconocido confíe más en ti prueba a acercarte de esta forma y gira la cabeza.
– Lamerse la nariz o el hocico. Seguro que habéis visto alguna vez a algún perro hacer esto cuando se le está incordiando o está viviendo una situación estresante (Ej.: veterinario). En internet está lleno de vídeos ‘graciosos’ de gente molestando a sus perros y ellos mostrando los dientes y lamiéndose la nariz.
– Posición de juego. Es lo que mencionaba antes con la situación del perro grande que estiraba las patas al notar la incomodidad del perro pequeño. Se utiliza sobre todo para calmar al otro. Los perros también parecen entenderlo si lo hacemos nosotros, estirando nuestros brazos como estirándonos. A mí me funciona a veces con Kala: cuando tocan al timbre me estiro de esta forma y ella parece relajarse un poco.
– Sentarse. Puede sentarse si se siente inseguro. Podemos utilizar también esta señal. En mi caso, trabajé una vez con una border collie que se frustraba muy rápido al iniciar los juegos de olfato. Me bastaba con sentarme para que me mirara y empezara a buscar tranquilamente.
– Bostezar. Es parecido a lamerse el hocico, cumple la misma función. Nosotros también podemos bostezar para intentar transmitirle calma cuando le notemos muy excitado, nervioso o con miedo.
Cada perro utiliza más unas que otras
Son muchísimas las señales de calma que existen y no tienen por qué darse todas en el mismo perro. Según el perro, usará más unas que otras.
El caso de Kala es muy curioso porque antes de que trabajase a tope en ella y sus inseguridades, solo realizaba la de girar la cabeza, desviar la mirada y lamerse el hocico. Ahora ha aprendido también a comunicarse con otros perros sacudiéndose y realizando el semi-círculo en lugar de saludar siempre frontalmente.
La border collie que comentaba antes era un libro abierto y un ejemplo perfecto para aprender las señales. Se sacudía, se sentaba, giraba la cabeza, bostezaba, se tumbaba…
¿De qué te sirve aprender todo esto?
Una vez aprendas a leer las señales de calma de tu perro, verás que tu comunicación y entendimiento con él mejorarán con creces. Y no solo eso, también sabrás cuándo evitar situaciones con otros perros según lo que te leas en las señales corporales del otro perro.
A día de hoy, sé identificar cuándo un perro viene de buenas y cuándo está tenso y podría saltarle encima a Kala.
Piensa en todas esas veces que has estado estresado y te hubiese gustado que te dejaran solo o cuando querías alejarte de esa persona que tan mal te cae. O que incluso es tu propia suegra quien te causa estrés cuando vas a visitarla, con tanta pregunta sobre tu vida.
Imagina ahora que estuvieses atado de una correa y no pudieras irte por cuenta propia. Que no pudieras decirle a tu suegra que estás cansado/a o que se lo dices y no te entiende.
Ahora ponte en el lugar de tu perro.
El contexto es importante
Por supuesto, tras cada gesto o movimiento hay que saber interpretar el contexto. Si tu perro bosteza o se estira porque se acaba de levantar de la siesta, probablemente no sea debido al estrés. Si sacude el cuerpo tras volver de un paseo bajo la lluvia, lo mismo.