Las fiestas de San Juan están cada vez más cerca y en algunos territorios de España la fiesta es mucho mayor. Es el caso de Alicante, donde los petardos y mascletás empiezan desde el 1 de junio y van cobrando cada vez más fuerza a medida que se acerca el tan ansiado 24 de junio. Para quien no lo sepa, una mascletá “es un disparo pirotécnico que conforma una composición muy ruidosa y rítmica que se dispara con motivos festivos en plazas y calles, normalmente durante el día; es típica de la Comunidad Valenciana”. Os podéis imaginar a los perros que vivan cerca de esas metralletas de petardos. El ruido se escucha incluso desde lejos.
La venta de petardos empieza en muchísimos kioskos y los niños llenan las calles con pequeñas explosiones que también atemorizan a nuestros perros.
¿Por qué temen a los petardos?
No es que teman a los petardos, temen a un ruido estridente, impredecible y que no entienden ni relacionan con nada de la naturaleza. Es normal que los perros – los animales en general – tengamos miedo de aquello que no podemos entender. En el caso de los perros, algo que no pueden entender se convierte muchas veces automáticamente en algo que piensan que pone en riesgo su vida.
Es común que los perros se sientan incómodos o sientan miedo de forma momentánea de un ruido que les sobresalta. Pero cuando este miedo no desaparece pasado unos segundos o minutos, sino que se convierte en pánico y en una fobia (nuestro perro de verdad, piensa que su vida está en peligro) ya es hora de tomar cartas en el asunto.
El miedo es una emoción natural y primitiva que tiene una finalidad evolutiva. Sin miedo, los animales, nosotros incluidos, no evitaríamos situaciones peligrosas que podrían causar nuestra muerte. Por tanto, el miedo existe para mejorar nuestra supervivencia. Sin embargo, cuando el miedo no está justificado y se mantiene, tiene consecuencias negativas.
¿Qué podemos hacer?
– Semanas antes de que lleguen las fiestas:
Si estás leyendo esto cuando queda poco para fechas donde abundan los petardos (San Juan, año nuevo…), hay poco y a la vez mucho que puedes hacer para hacérselo lo más ameno posible.
Comienza a entrenar un poco su tolerancia a los ruidos mediante juegos de olfato y ruidos de fondo a un volumen muy, muy bajito. Sube un poco el volumen cada día unos segundos más. Que sean sesiones cortas para no agobiarle ni exigirle demasiado.
Hazle también juegos y puzzles mentales que deba resolver para conseguir un objetivo: comida o juguete escondido. Este tipo de juegos mejoran de una manera increíble la seguridad en sí mismos al aprender a resolver situaciones. Por tanto, cuando lleguen los petardos, se sentirá con más herramientas a la hora de hacerles frente. La estimulación mental y el enriquecimiento ambiental es importantísimo en la vida de nuestros perros. Tú tienes Netflix, HBO, Instagram, el gimnasio… ¿qué tienen ellos cuando pasan tantas horas dentro de casa? Un perro estimulado es un perro feliz.
NOTA: a algunos perros esto no les sirve a la hora de afrontar los petardos fuera de casa, ya que identifican que el sonido viene del ordenador o móvil y por tanto no lo perciben como amenazante. No obstante, sí que se nota una mejora en la mayoría a la hora de gestionar los petardos en el interior de la vivienda.
Construye un refugio donde se sienta seguro. Prepara un sitio de la casa donde tu perro pueda entrar y salir sin problema pero donde pueda acudir a esconderse si lo necesita. Una especie de cueva. Debe tener techo estable, cómodo por dentro y de materiales blandos, acogedor.
En mi caso a Kala se lo construyo con una silla (debajo de la silla) o entre dos muebles con alguna toalla o manta y le pongo su camita dentro, también le dejo una toalla más fina a modo de puerta “corrediza” para que entre y salga pero también se sienta protegida.
No pretendas construir el refugio el mismo día de los petardos y que tu perro quiera entrar. Lo ideal es que positivices este sitio con antelación (unas semanas antes mínimo) para que sepa que es un lugar seguro. Esto lo puedes conseguir poniéndole su camita dentro, mimarle en su interior, hacerle juegos de olfato… básicamente, que ocurran cosas divertidas en el refugio para que cuando sienta que el miedo le sobrepasa, estar ahí dentro le suponga menos estrés que estar en otro sitio de la casa.
Si su miedo es extremo, infórmate sobre calmantes y difusores naturales. Personalmente no estoy muy a favor de ellos porque no son la solución al miedo, pero recuerda que estamos hablando que quedan tan solo unas pocas semanas para las fiestas. No hay tiempo de entrenar a nuestro perro para que pasee entre petardos sin inmutarse. Para que su efecto sea mayor hay que empezar a dárselo a nuestro perro semanas antes de que llegue aquello que teme para que lo reciba más tranquilo.
Las flores de Bach son unas gotas naturales hechas de flores que pueden formularse de acuerdo a la intensidad, miedo y personalidad de cada perro y no tienen ningún efecto secundario. Tenéis información sobre ellas en este post educativo.
Existen también collares y difusores de feromonas que se le colocan al perro o bien en los sitios de la casa donde el perro se refugia. Si los difusores de feromonas le van bien a tu perro, una buena idea es rociar el interior del refugio para hacerlo un sitio donde predomina, aún más si cabe, la sensación de calma.
– Cuando las fiestas ya están aquí.
Si tienes la posibilidad de abandonar la ciudad durante los días de más jaleo yéndote a algún camping o casa en el campo, hazlo. Si no puedes, algunos consejos son:
- Evitar salir a la calle en horas donde creemos que hay más probabilidad de que tiren petardos. Ej.: cuando los niños están en el colegio no estarán en las terrazas de los bares del barrio tirando bombetas. Si vivimos en la Comunidad Valenciana, se sabe a qué hora será la mascletá diaria, por tanto, alejémonos lo máximo posible del punto donde se hará.
- Convierte tu casa en un búnker. Haz todo lo posible para minimizar la entrada de ruidos a la casa. Cierra las persianas y las ventanas. Procura que tu perro esté en la zona de la casa donde menos ruido llegue (por ejemplo, la habitación del fondo de la casa). Pon alguna melodía o canción tranquila para eclipsar los petardos: en internet está lleno de melodías calmantes para perros precisamente para estos momentos.
- Dale tu apoyo. No hagas caso a la falsa creencia de que si estás con él o le acaricias cuando tiene miedo estarás reforzando esa emoción. Las emociones no se refuerzan, se refuerzan las conductas. Si tu perro tiene miedo y busca tu contacto dáselo, si prefiere estar solo, déjale solo, pero no le des la espalda en un momento donde se sienta tan vulnerable. Piénsalo, ¿te gustaría que si gritas socorro a la persona que más quieres, esta te ignorara porque sino refuerza ese miedo?
- Ponte a su nivel. Si tu perro no quiere subir al sofá contigo mientras miras la tele porque está nervioso, pero ves que quiere estar contigo y permanece en el suelo, siéntate en el suelo con él. Dale caricias suaves y redondas. Demuéstrale que no pasa nada pero que estás ahí para cualquier cosa.
- Respétale tanto si quiere tu contacto como si no. Es normal que quieras tranquilizar a tu perro permaneciendo a su lado, pero si ves que él prefiere estar solo, déjale a su aire. Piensa en cuando tú estás super agobiado y lo único que te interesa es alejarte del mundo y respirar. Si tu perro quiere afrontar la situación solo o se calma mejor estando solo, déjale.
Espero que os hayan gustado estos consejitos ahora que queda menos de un mes para Hogueras y San Juan. Más adelante haré algún post sobre cómo trabajar el miedo a los petardos, ¡vamos a quitarnos esa carga de la espalda de una vez por todas!